Certificación Residuo Cero
El certificado de AENOR Residuo Cero reconoce a aquellas organizaciones que valorizan las distintas fracciones de residuos que generan, dentro del alcance definido, evitando que tengan como destino final la eliminación en vertedero.
Este esquema no implica la no generación de residuos sino una gestión organizada de los mismos que permita reducir su generación, prepararlos para ser reutilizados y/o transformar el residuo en materias primas, reintroduciéndolas en la cadena de valor.
La generación de residuos es uno de los retos ambientales más complicados al que se enfrenta hoy en día la sociedad. Como consecuencia al desarrollo de la misma, el volumen de generación de residuos a escala global sufre un incremento continuo. El abandono o una gestión inadecuada de los residuos produce impactos altamente dañinos en los medios receptores y puede provocar contaminación en el agua, en el suelo, en el aire, contribuir al cambio climático y afectar a los ecosistemas y a la salud humana.
En cambio, cuando los residuos se gestionan de forma adecuada, se pueden convertir en recursos que contribuyan al ahorro de materias primas y garanticen la sostenibilidad económica, con un efecto positivo sobre la conservación de los recursos naturales y los ecosistemas. Es una cuestión de rediseño, rediseño de productos, procesos y servicios.
La Economía Circular
El modelo de Economía Circular tiene como objetivo principal invertir la pirámide de gestión de residuos, incidiendo en la prevención y aumentando la reutilización, reciclado y valorización de los residuos, minimizando al máximo su envío a vertedero.
La Economía Circular se plantea como un modelo de producción y consumo que aspira a mantener el valor de los recursos (materiales, agua, energía) el mayor tiempo posible en las economías, reintroduciéndolos en las cadenas de valor tras su uso.
¿Qué es la certificación en Residuo Cero?
Residuo Cero es el certificado que reconoce a aquellas organizaciones que evitan que los residuos que generan sean eliminados en vertedero. Está enmarcado dentro de los modelos de economía circular adoptados por la OCDE, PNUMA, G20, Unión Europea y España.
Consiste en promover que se realice una gestión adecuada de los residuos a través del aprovechamiento responsable, eficiente y sostenible de los recursos, mediante la incorporación de los residuos al sistema productivo. AENOR es la entidad que emite este certificado.
Se basa en cuatro pilares fundamentales: reducir, reutilizar, reciclar y valorizar. De esta forma, se cierra el círculo de los ciclos de vida de los productos, y se invierte la pirámide jerárquica de gestión de residuos actual basada en “usar y tirar”; cada residuo de un proceso puede ser una materia prima para otro. Así, se consiguen diversos beneficios ambientales y económicos, como maximizar el valor y uso de las materias primas, los productos y los residuos, un ahorro energético y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Está por lo tanto, alineado también, con las políticas de desarrollar economías bajas en carbono.
¿Qué beneficios aporta Residuo Cero en la empresa?
Existen tres beneficios principales derivados de implantar Residuo Cero en la empresa:
- Comience a obtener un beneficio económico por sus residuos valorizables. Estudiamos la rentabilidad asociada a la venta de residuos acondicionados para ser recuperados y transformados como materias primas secundarias.
- Disminuya los costes asociados a la gestión de sus residuos menos valorizables. Mediante un mejor acondicionamiento y disposición de sus residuos.
- Mejore su imagen corporativa. Desarrolle una imagen de empresa ambientalmente responsable. Una estrategia ambiental adecuada puede hacerle destacar frente a la competencia.
Dos posibilidades de certificación
El certificado «Residuo Cero» se concede a aquellas empresas que valorizan más del 90% de sus residuos, pero, además, AENOR, ha desarrollado el certificado «Hacia Residuo Cero» para las empresas que valorizan entre el 60 y 90%, de manera que éstas pueden acercarse progresivamente a “Residuo cero” a medida que consiguen los medios adecuados para ello, y pueda medirse el grado de compromiso de la organización año tras año.
Etapas para la certificación en Residuo Cero
- Inventario: Cuantificación de los residuos, clasificación, origen, almacenamiento, destinos, análisis de costes por gestión externa.
- Trazabilidad: Contacto con transportistas y gestores autorizados, seguimiento, método de tratamiento.
- Valorización: Cálculo de los porcentajes valorizados y de los llevados a vertedero de las distintas fracciones. Análisis de las mejores técnicas disponibles para el tratamiento de cada una de las fracciones de residuos, detección de acciones de mejora respecto a la gestión actual. Mercados y rentabilidad. Análisis de fracciones con posibilidad de gestión interna, mercados potenciales, rentabilidad de cada fracción.
- Plan de minimización: Acciones de reutilización del agua, optimización de procesos y energía, reducción de mermas y producto no conforme, aplicación del ecodiseño en fases previas.
- Plan de gestión: Requisitos legales, implantación de procedimientos de mejora, formación del personal, evaluación y reducción de costes.